
El 1 de enero entraron en vigor los nuevos tipos impositivos del Impuesto de Sociedades en Euskadi, que fundamentalmente beneficiarán a decenas de miles de pequeñas y medianas empresas (pymes). El pacto para la reforma fiscal, impulsado por los partidos del Gobierno vasco (PNV y PSE) con el apoyo del PP, supondrá una reducción del porcentaje de los beneficios que las empresas pagan en concepto de tributo a las diputaciones vascas. El tipo general pasará del 28% al 24%, mientras que el de las pymes se reducirá del 24% actual al 20%.
La reforma fiscal -que aún no ha sido aprobada, pero que tendrá efectos retroactivos desde el 1 de enero- eliminará por contra un buen número de deducciones por inversión, investigación y desarrollo o actuaciones medioambientales, con lo que la presión fiscal apenas disminuirá sobre un grupo de empresas. Serán las más grandes, aquellas capaces de dedicar parte de su inversión a la I+D. También saldrán perjudicadas, aunque de forma temporal, aquellas que acumulan importantes pérdidas en los años de crisis pero que ahora empiezan a tener beneficios, ya que tendrán que anticipar el pago de impuestos que de otro modo podían diferir a años futuros.
Sin embargo, la gran mayoría de las empresas saldrán beneficiadas de la reforma. Se calcula que en Euskadi hay unas 70.000 entidades mercantiles que tienen que abonar religiosamente el Impuesto de Sociedades, aunque sólo el 17% se pueden aplicar algún tipo de deducción. El resto, unas 58.000, pasan por caja sin aplicarse descuento alguno.