
El Gobierno del Partido Popular acaba de aprobar una reforma legislativa que afecta a los planes de pensiones con un objetivo claro: impulsar el ahorro privado ante el incierto futuro de las prestaciones públicas. En líneas generales, la nueva normativa pretende mejorar las condiciones bajo las que se contratan estos productos y acercarlas un poco más a las EPSVs vascas, un modelo que es mirado con envidia en el resto del Estado.
La mayor cultura financiera de la población vasca ha impulsado el sector de las EPSVs, si bien en los últimos años ha entrado en una etapa de cierto estancamiento -se han registrado más salidas que entrada de dinero-. El gran potencial de las EPSVs reside sobre todo en las de empleo. Es decir, las ligadas a las empresas, que gestionan más capital que los fondos individuales.
Pero una de las grandes fortalezas del sistema vasco es el de unas mejores condiciones fiscales. Cuando se rescata el dinero de los fondos de pensiones, si se hace de una sola vez y en forma de capital, el 40% está exento de tributar. Eso sí, las desgravaciones por hacer aportaciones se han visto reducidas en los últimos años: hasta 2012 se podían deducir hasta los 24.250 euros de la base imponible. Hoy día se ha quedado en 5.000. En el resto del Estado se permite desgravar hasta 8.000 euros. Eso sí, a condición de que esa cantidad no supere el 30% de los rendimientos de trabajo.
La nueva normativa estatal aprobada por el Gobierno de Rajoy permitirá rescatar el dinero a los 10 años de realizarse la primera aportación, algo que ya podía hacerse en Euskadi. Además, se han rebajado las comisiones que se cobran por estos productos. Para un fondo de renta fija la comisión de gestión podrá llegar como mucho al 0,85%, cifra que alcanza el 1,5% en el caso de un fondo de renta variable. La comisión por depósito se rebaja al 0,2%. En Euskadi hace dos años se redujo a un 1,6% del total del patrimonio.